Todos conocemos a los porteros automáticos, los cuales nos ofrecen un sistema tanto de seguridad como de comunicación. De una manera sencilla podremos controlar el acceso de cualquier persona que entre en nuestro edificio, podremos además permitir o no la entrada después de saber quién es y si le conocemos o no.
Para conocer el funcionamiento de un portero automático es necesario conocer los dos tipos principales que hay: analógico o digital. Cada uno de ellos cuenta con unas prestaciones diferentes.
La versión más básica de los porteros automáticos de hoy en día cuentan con un interfono de doble comunicación, tanto del interior de la casa a la calle y viceversa. Pudiendo abrir la puerta electrónicamente para facilitar la entrada al edificio.
Desde la calle, podremos utilizar lo que conocemos como timbre, la placa de calle, que nos comunica con la persona que se encuentre en el edificio y podremos así pedir acceso a la vivienda. La placa de calla cuenta con la rotulación de cada piso para saber dónde estamos llamando.
Los porteros automáticos se pueden instalar en cualquier edificio, tanto de viviendas unifamiliares hasta bloques completos de viviendas o urbanizaciones, oficinas, comercios o empresas.
Para comprobar el funcionamiento de nuestro portero automático es sencillo y rápido y es un sistema que muchos edificios o viviendas ya utilizan. Para ello deberemos consultar diferentes modelos siempre acudiendo a agentes especialistas o técnicos cualificados que nos puedan indicar todas y cada una de las prestaciones del portero automático que estamos buscando.
Como hemos visto, el sistema es sencillo, fácil de comprender y de utilizar. Sin embargo, nunca deberemos descuidar el mantenimiento de nuestro portero automático. Ya que con un buen mantenimiento podremos alargar la vida de nuestro portero automático y evitar posibles fallos.